Cuando se anunció la adquisición del club León por parte
de Grupo Pachuca, se especulaba que sería de la suerte del equipo en la
división de ascenso, si sería el equipo filial de los tuzos, si sería una cosa
pasajera, si se llevarían el equipo a otra ciudad, y más aún se especuló cuando
Jesús Martínez, dueño de Pachuca anunció como presidente y cabeza del proyecto
León a su hijo, Jesús Martínez Jr. Asumió la presidencia del equipo entre un
mar de dudas, y comenzó el trabajo con el cuerpo técnico y jugadores que ya
estaban en la plantilla de los Batarse (antiguos dueños del club) y con
refuerzos de lujo que se incorporaron de maravilla, el caso más destacado es el
de el par de colombianos que llegaron a la ciudad zapatera, Loboa y Burbano,
quienes rompieron la liga de ascenso con su desequilibrio y su potencia física,
se rescataron elementos como Mascorro y el “Gullit” Peña, y todo esto
orquestado por un hombre que vive y siente el futbol como Gustavo Matosas.
El primer objetivo del cuadro esmeralda era conseguir el
ascenso, después de 10 años de penurias y cosas lamentabilísimas la afición de
la fiera exigía a la directiva resultados contundentes y para suerte de los dos
se dieron; el León se coronó campeón de ascenso en su casa, y consiguió el
ascenso al máximo circuito.
Desde esa fecha todo ha sido miel sobre hojuelas para el
equipo, colocado en los primeros lugares de la liga MX tiene un lugar casi
seguro en la liguilla del torneo y también asegura su participación en la
próxima copa libertadores de América, con lo que el equipo más goleador de lo
que va de la liga sigue saboreando las mieles del éxito, de la mano de una
joven directiva y con una camada de jugadores que se mueren por la camiseta
esmeralda el futuro es promisorio para el cuadro del bajío.
El león le ha jugado de tu a tu a los rivales, no
respetando jerarquías ni plantillas, por eso hoy, el león cree que todos son de
su condición.
Arturo García
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